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¿Listo para lo que viene?

No sé si te sonará familiar, pero dicen que la fiebre en los niños los hace crecer. Así pues, las limitaciones o circunstancias adversas también lo pueden hacer si logras descubrir lo que Dios...

No sé si te sonará familiar, pero dicen que la fiebre en los niños los hace crecer. Así pues, las limitaciones o circunstancias adversas también lo pueden hacer si logras descubrir lo que Dios hará con ellas. Todos tenemos un propósito en Él y para Él, así que debes estar listo para dejarte usar. ¿Estás disponible para Dios? Estar disponible es una de las decisiones más importantes. Queremos ser usados, pero, ¿estamos dispuestos a obedecer?

Para estar disponibles para Dios, necesitamos tener la actitud correcta. Una actitud alineada a Su propósito. Cuando Cristo me alcanzó, lo hizo con un propósito y ese propósito requiere una actitud específica de mi parte, olvidarme de lo que queda atrás será muy importante para cambiar mi actitud y poder avanzar.

El diccionario define la palabra “actitud” como la postura del cuerpo humano. La actitud está relacionada al cuerpo. Otro diccionario dice: “Disposición de ánimo manifestada de algún todo”.

 O sea, es su postura o su disposición. Estamos viviendo una crisis social. Si usted ve las noticias va a escuchar de abusos, de violaciones, de asesinatos, de desamparos, de fraude, de violencia, cualquier canal de televisión, cualquier noticiero que nosotros veamos hoy en día, está hablando de estos temas, está hablando de crisis social.

Pero primero, una crisis social comenzó con una crisis grupal y una crisis grupal comenzó con una crisis familiar. Las sociedades las forman los grupos y la familia forma los grupos. Todo comienza con una crisis familiar por falta de comunión quizás con el Señor y con una crisis individual por incredulidad, falta de perdón, amargura, intolerancia, pasividad, egocentrismo y ambición. Esta crisis se origina con características que hablan del factor interno del individuo.  Entonces, para saber si usted está disponible para Dios, pregúntese ¿cómo está? ¿Cómo está su actitud con respecto a la familia? ¿Con respecto a la Iglesia? ¿Con respecto al trabajo?

 Las actitudes se asientan en la voluntad del hombre, en el alma. La actitud que tomemos parte de lo que tenemos en el alma. Depende de nosotros si tenemos el alma dañada por cosas del pasado o si la tenemos sana para alcanzar las cosas que están por delante.

De allí radica la verdadera obediencia, en preparar el corazón, mantener la actitud correcta, en dejarnos usar. Esta actitud se nota durante el servicio. Solo un alma sana es capaz de servir a Dios, servir a otros otros y cubrir sus necesidades antes de pensar en las propias. Quien sirve con la actitud correcta, logra impactar al otro para acercarlo a Cristo.

No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí. Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús. Filipenses 3:12-14.

Por: Esteban Fernández. Pastor y director del ministerio para líderes ‘Nuestra Fortaleza’.

Foto: Freepik (Foto usada bajo licencia Creative Commons).

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Fuente: https://www.revistahyc.com/2024/10/04/listo-para-lo-que-viene/

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